viernes, 11 de mayo de 2018

SAN FRANCISCO DE JERÓNIMO, PREDICADOR JESUITA

San Francisco de Jerónimo
 
San Francisco de Jerónimo nació en Grottaglie, cerca de Taranto, en 1642. Este elocuente misionero jesuita, al que llamaban “el apóstol de Nápoles”, se distinguió por su ilimitado celo en favor de la conversión de los pecadores y por su amor a los pobres, los enfermos y los oprimidos.
 
En 1666, antes de cumplir los 24 años de edad, San Francisco recibió la ordenación sacerdotal. Durante los cinco años siguientes, enseñó en el “Collegio dei Nobili”, que los jesuítas tenían en Nápoles. A los 28 años ingresó en la Compañía de Jesús. De 1671 a 1674, ayudó en el trabajo misional al célebre predicador Agnello Bruno. Al concluir sus estudios de teología, los superiores le nombraron predicador de la Iglesia del Gesú Nuovo, de Nápoles. Se dice que convertía por lo menos a unos 400 pecadores al año. El Santo visitaba las prisiones, los hospitales y no vacilaba en seguir a los pecadores hasta los antros del vicio, donde algunas veces fue brutalmente maltratado. Además de sus misiones y Ejercicios, predicaba sin cesar en las iglesias y plazas, porque las multitudes que le seguían arrebatadas por su elocuencia, no cabían en el sagrado recinto. Fue el predicador más popular de su época: al bendecir a San Alfonso de Ligorio, le predijo que llegaría a los noventa años y que haría gran bien a la Iglesia.
 
San Francisco murió a los 74 años de edad y fue sepultado en la Iglesia de los jesuitas de Nápoles. El Papa Gregorio XVI lo canonizó en 1839.
 
ORACIÓN
Oh Dios, que para la salvación de las almas hiciste al bienaventurado Francisco eximio pregonero de tu Palabra, concédenos por su intercesión, que continuamente podamos ponderar en nuestros corazones los mandatos de tu ley, y que fielmente los pongamos por obra. Por J. C. N. S. Amén.

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