martes, 20 de junio de 2017

EL PUNK ROCK, CREACIÓN JUDÍA

Tomado de ENLACE JUDÍO.
  
LA RAÍZ JUDÍA EN LOS ORÍGENES DE LA MÚSICA PUNK
Germán López/ENLACE JUDÍO (México)
 
El periodista norteamericano Steven Lee Beeber, autor del libro “The Heebie-Jeebies at CBGB’s: A Secret History of Jewish Punk”, comenta en la revista digital Tablet uno de los temas en los que se ha especializado: las raíces judías y su influencia en los pioneros de la música de género punk.
 
El músico Alan Vega (nacido como Boruch Alan Bermowitz, en Brooklyn, Nueva York), y que falleció apenas el pasado año, tuvo el desastroso debut con su banda Suicide, junto con su también amigo judío, Marty Rev, en el extinto Centro de Artes Mercer de la ciudad de Nueva York en el año de 1973, donde recibió todo tipo de abucheos y desinterés ante su desconcertante nueva propuesta musical. “Arrojamos Treblinka en la cara del público. Cruzaron las puertas del auditorio y entraron en el infierno”, comentó en 2008 en una entrevista al Jewish Chronicle sobre esa experiencia.
  
   
Para Lee Beeber existe algo excepcional en la música punk que logra que a décadas de su surgimiento, siga generando un especial interés sobre su desarrollo que no obtienen otros géneros musicales como el psicodélico o el glam. Él considera ver en el punk y en su génesis, cosa que ha plasmado en sus obras publicadas, algo que otros analistas del tema no logran escudriñar: los orígenes e influencia judías de algunos de los más importantes músicos del género.
 
Un hecho que el periodista considera crucial y del que su idea parte, es la detención y subsecuente juicio del nazi Adolf Eichmann en 1961 por el Estado de Israel. Esto fue un suceso, que no solamente en Israel, donde se levantó el velo que cubría el silencio que por 16 años los sobrevivientes del Holocausto habían mantenido sobre la tragedia con los jóvenes y consigo mismos, si no en todo el mundo levantó una fuerte conmoción. El juicio y condena del ex-integrante de las SS, se mediatizó y generó el debate a través de la ya popular señal de televisión, y esto, a criterio de Lee Beeber, influyó decisivamente en los entonces jóvenes judíos que forjarían una parte importante de los cimientos del punk, y que gran parte de ellos tenían su origen en la ciudad de Nueva York.
 
Además de Vega y Rev, jóvenes judíos contemporáneos suyos como Jeffrey Hyman y Tamás Erdélyi (futuros integrantes de The Ramones), Lenny Kane (futuro miembro de The Pattie Smith Group), Chris Stein (futuro cofundador de Blondie) o Lou Red (futuro vocalista de The Velvet Underground) se verían impactados por esto. Y no solamente cree que esta generación se conmocionó al enterarse de este hecho: también artistas que generacionalmente les precedían, como Genya Ravan, una sobreviviente del Holocausto, debió verse impresionada.
   
Es así que considera que jóvenes como el grupo de amigos de Friedman, Kempner, Shernoff, Manitoba y Patterson, formaran una banda de punk con el nombre de The Dictators; que The Ramones tuviesen una canción llamada Blitzkrieg Pop o Commando y que atacasen al Presidente Ronald Reagan en la canción Bonzo goes to Bitburg por haber visitado un cementerio donde yacían oficiales nazis; que Chris Stein coleccionara parafernalia nazi para “demostrar que los judíos habían ganado”; o que Lou Reed hablara de “cuerpos muertos apilados en montones” en Heroin o de “el país fantasma ensangrentado en el este” en Black Angel’s Death Song.
   
“El punk es una fuerza incitadora que se levanta en oposición a la opresión y a la injusticia. Los judíos que formaron el mundo del punk, crearon una nueva sensibilidad, un nuevo tipo de campo de concentración” afirma Lee Beeber.
  
The Ramones
  
   
Este intercambio de palabras entre un carabinero y un punk es uno de mis recuerdos imborrables de los primeros conciertos a los que fui. Yo era chico, iba en algún curso de la básica y por alguna razón que ya no recuerdo, llegó a mí un casete de los Ramones y me obsesioné. Fui a verlos con un amigo y su papá que se dedicó a pegarles patadas a todos los punkies que bailaban mientras yo y mi compañero de curso alucinábamos chamullando en inglés y cantando frente a toda esa energía desplegada en el escenario, parados en la cancha desde la que apenas lográbamos ver por nuestra altura.
  
Ramones es la banda que lideró la movida punk en EEUU. Fundada por Jeffrey Ross Hyman, más conocido como Joey Ramone, un “joven problema” judío de Nueva York quien fue el vocalista y principal figura del grupo. Irrumpieron a fines de los setenta en el mítico club CBCG donde se concentraba gran parte de la bohemia y vanguardia de la ciudad. Por aquel escenario pasaban bandas como Blondie, Talking Heads o Patti Smith, siendo esta última la que los apadrinaría sobre ese escenario. Con melodías que se remontaban a los orígenes del rock and roll, pero aceleradas cien veces y con tan solo cuatro o cinco acordes en la guitarra, precedidos por un one-two-three-four, los Ramones llegaron para ponerle actitud a una escena cultural que musicalmente estaba bastante dominada por el elitismo y virtuosismo del rock progresivo, que se había alejado de las calles y lo que estaba pasando en la sociedad. Ellos entraron ahí para despertar, unir y mover a los jóvenes que no encontraban su lugar. Sobre esa naciente escena musical, Marky Ramone, baterista de la banda, declaraba hace unos años previo a tocar en Tel Aviv con su nuevo grupo: “Conozco a un montón de gente que no ve al punk como una cosa judía importante, pero, como he dicho antes y diré otra vez, es la más judía-americana de todas las formas musicales. Esto fue dado a luz en el CBGB (un establecimiento de propiedad judía), contó con artistas judíos y se toco para el público judío”.
 
El nombre de la banda proviene del seudónimo que utilizó Paul McCartney al registrarse en un Hotel: Paul Ramone. Siguiendo esa idea todos los integrantes agregaron a su nombre este apellido. El disco debut de la banda, “Ramones”, dejaría inmortalizado con su primera canción el que hasta el día de hoy es el mayor himno del punk rock: “Blitzkrieg bop” con su grito de “Hey ho, let’s go!”, con canciones como “Judy is a punk” o “Beat on the brat”. Los discos posteriores fueron seleccionados por la revista Rolling Stone como los mejores y más representativos del rock en sus respectivos años. Entre ellos destacan “Rocket to Russia”, “End of the Century” y “Mondo Bizarro”, ademas de sus discos en vivo: “It’s Alive” y “Loco Live”.
  
Los Ramones a lo largo de su trayectoria volvieron a enfocar al rock en sus raíces, creando en el punk rock una voz para espacios marginados en la sociedad que no calzaban con el naciente y plástico “new wave” o el posterior “glam rock”, ambos movimientos musicales vinculados al consumo masivo, con la estética del creciente uso de sintetizadores en la música y dando con ese sonido electrónico la sensación de que en los ochenta la tecnología estaba llegando a todos, cuando en realidad no lo hacía. Los Ramones, por el contrario, con un look obrero, usando jeans tan gastados que llegaban a estar rotos -moda que sin querer impusieron-, trajeron al escenario lo que realmente pasaba en la calle, con letras entretenidas y críticas y 100% de actitud. Es así como se volvieron una de las bandas más influyentes de la historia del rock. Eddie Vedder viajó con cámara en mano documentando la última gira de la banda y es común escuchar en los conciertos de Pearl Jam “I belive in miracles” de los Ramones. Bono en toda la gira “Elevation Tour” de U2, dedicó la canción “In a little while” al en ese entonces ya difunto Joey Ramone. Y ellos dos junto a Red Hot Chili Peppers, Green Day, Metallica y otros grabaron el disco tributo “We’re a Happy Family”.
 
No por nada el 2002 la banda ingresó al Salón de la Fama del Rock and Roll. Los Ramones habían reciclado el rock, le dieron actitud y personalidad. Dieron la patada inicial para despertarlo de su comodidad.

Luego de su separación en 1996, cada uno siguió con sus proyectos propios. Joey Ramone falleció producto de un cáncer en 2001 y Nueva York lo honró con su propia esquina en la ciudad. Su disco solista póstumo “Don’t worry about me” se hizo conocido gracias a su versión de la canción “What a wonderful world”.

1 comentario:

  1. “De la literatura y el arte, por ejemplo, haremos desaparecer su carga social. Deshabituaremos a los artistas, les quitaremos las ganas de dedicarse al arte, a la investigación de los procesos que se desarrollan en el interior de la sociedad. La literatura, el cine, y el teatro, deberán reflejar y enaltecer los más bajos sentimientos humanos”.

    “Apoyaremos y encumbraremos por todos los medios a los denominados artistas, que comenzarán a sembrar e inculcar en la conciencia humana el culto del sexo, de la violencia, el sadismo, la traición. En una palabra: cualquier tipo de inmoralidad”.

    “Nuestra principal apuesta será la juventud. La corromperemos, desmoralizaremos y pervertiremos”.

    (Citas tomadas de El arte de la inteligencia, de Allen W. Dulles -5º director de la CIA-)

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